El otro día escuché una frase que no me gustó nada. Como sabéis, acabo de dejar mi trabajo para dedicarme a lo que me gusta más en este mundo. Estoy feliz, y la gente que me ve, lo nota. He cambiado. A mejor.
Sin embargo, mucha gente no lo ve así. He estudiado en la universidad, me he preparado idiomas, he hecho prácticas profesionales desde bien joven y me he deslomado a trabajar en un lugar prestigioso para formar un CV potente. Todo pintaba a que mi trayectoria sería otra, por eso la gente quizá piensa que he arruinado mi vida, que estoy tirando a la basura todo aquello que he hecho y que no utilizo a día de hoy. Que me estoy insultando al no ponerme en el mercado e intentar buscar algo más atractivo, algún lugar con gente «como yo». He tirado por tierra todo el éxito que tenía y ya no será fácil recuperarlo.
Pese a que entiendo el razonamiento, y en cierto modo entiendo que la gente pueda pensar así, no me queda más que sentir lástima por ellos. Si de verdad piensan que el éxito se mide por el sitio donde trabajas o por la cantidad de dinero que ganas, lamentablemente, no les auguro una vida muy feliz.
La revelación
El último descubrimiento literario que he hecho, Brian Weiss, me ha descubierto y afirmado muchas cosas que ya venía intuyendo y sientiendo desde hacía tiempo.
¿Sabéis determinadas veces en las que algo pasa justo cuando necesitabas que pasara? Pues eso me ha sucedido con Brian Weiss. Es un psiquiatra norteamericano mundialmente conocido por el nivel al que lleva la temática de sus obras: reencarnación, regresión de vidas pasadas, progresión en vidas futuras, y sobre todo, amor.
Yo no me he decidido todavía a leer sobre reencarnaciones ni regresiones ni nada metafísico, porque no me siento preparada, no es mi momento, pero sí he leído sobre el amor.
Sus tesis han generado mucha polémica entre los científicos coetáneos, y eso hizo que transcurriera mucho tiempo antes de que Brian Weiss se armara de valor para publicar sus experiencias, sin embargo, lo hizo, y han tenido una grandísima aceptación (pese a tener detractores, por supuesto) incluso entre muchos colegas muy reputados, que hasta le han ayudado en sus investigaciones.
Yo no soy científica, así que no puedo hablar sobre ciencia ni bases científicas, simplemente soy una lectora más, que juzgo en función de si un libro me hace sentir o no. Y las lecturas que he hecho de Brian Weiss desde luego han sido reveladoras.
Y quizá gracias a ellas puedo estar tranquila y segura con mi decisión y no alarmarme interiormente, ni ponerme nerviosa al escuchar a algunas personas decirme que he tirado mi vida por la borda.
Entonces, ¿qué es el éxito?
Quiero compartir con vosotros una de las frases que me grabé a fuego de Brian Weiss y con la que no puedo estar más de acuerdo: «los objetivos son deshacerse de los pensamientos y las emociones negativas, y descubrir la paz, la alegría y la felicidad interiores«.
Creo que esa es la definición de éxito. Verdaderamente lo pienso. Y es que una persona que está en paz consigo misma, con lo que hace, con quién es, con lo que tiene, es una persona feliz, y ¿qué más éxito hay que ser feliz en la vida?
Antes de leer esta frase ya pensaba así, he estado más de cuatro años rodeada de gente que ganaba mucho dinero, con casas de ensueño, con segundas y terceras viviendas, con gente que les hacía todo en casa, incluyendo el cuidado de los hijos, y les he visto día a día no ser felices, les he visto con millones de preocupaciones, con ganas de tirarlo todo por ahí y dar un giro a la vida que llevaban, con un estrés en el día a día que les perjudicaba su salud. Y he conocido a algunos de esos niños, criados sin padres, con mucho dinero, sí, en colegios bilingües, trilingües y con la ropa más elegante que te puedas imaginar para un niño. Sin embargo, no tenían a su padre ni a su madre, no de cerca, por lo menos, no las horas que un niño necesita. No tenían lo fundamental.
¿Esto es éxito? Si tener una casa enorme, servicio, coches, ropa,…es tu definición de éxito, hay un problema dentro, y es conveniente que te replantees ciertas cosas.
Todas estas cosas son vacías si no van acompañadas de algo más. A todos nos encanta tener todas las comodidades del mundo, y es estupendo tenerlas si las acompañas de algo más, algo que dé sentido a todo. Si no está ese algo, desde luego nada de eso sirve para nada. Porque da lo mismo ser un miserable en un coche de 100.000 euros que en uno de 9.000. Da lo mismo, tu sentimiento es el mismo. Tu vacío es igual de grande.
No nos dejemos comer por la sociedad, muchas veces, por el hecho de que algo sea en lo que cree la mayoría, no necesariamente es indicativo de que es lo que más sentido tiene.
El éxito no es más que ser feliz contigo, con tu vida. Teniendo lo que cada uno haya buscado, lo que necesite tu interior, lo que le haga feliz a tu interior, a tu corazón. Busca eso, consigue eso, y tendrás éxito. No importa si no coincide con lo que yo busco, no importa si no coincide con lo que la mayoría busca o con lo que la sociedad impone que hay que buscar. Sólo tú sabes lo que te puede hacer feliz, sólo tú sabrás si tienes o no éxito.
Sed felices!!
Un beso!
Mamá G.