Este es un post que tenía muchas ganas de escribir.
De manera general, la gente no comprende nada sobre ser madre y trabajar a la vez fuera de casa.
La gente no entiende que trabajar dentro de casa es un trabajo también, y mucho peor que cualquier otro, porque encima no es remunerado ni reconocido socialmente.
La gente no comprende nada, y eso es con lo que una mujer trabajadora fuera de casa y embarazada o con un bebé se encuentra. Vayamos por fases.
- Fase embarazo
Para empezar el problema comienza aquí. Una mujer que trabaja por cuenta ajena y se queda embarazada (vuelvo a repetir que hablo de manera general, centrándome en mi propio caso) tiene que pensar cómo y cuándo comunicarlo a la empresa, a su jefe y a sus compañeros. Y dependiendo de a quién lo comuniques tienes reacciones distintas:
– La empresa (por empresa me refiero al departamento de RRHH por ejemplo): ¡qué bien! ¡qué buena noticia! ¡enhorabuena! esperamos que puedas organizarte más o menos con el trabajo para que puedas irte un pelín antes y descansar. En mi caso han sido excepcionales y simpatiquísimos, siempre dispuestos a ayudarme, preguntándome cada poco cómo me encontraba, si me estaba organizando…lástima que el trabajo que haces en el día a día no dependa de ellos.
– Tu jefe: ¡qué bien! ¡qué buena noticia! ¡enhorabuena! vamos, si te parece a mirar este tema que dejamos ayer pendiente…y ya. Nunca más se supo. Nunca jamás volvió a mencionar el tema. Como si el hecho de que él no lo dijera en voz alta hiciera que dejara de existir. Ritmo de trabajo normal, o incluso un pelín más elevado porque hombre…»ya que te vas a ir luego de baja, y dejas tus marrones a los compañeros, es justo que ahora te sacrifiques tú un poco más» (palabritas textuales que tengo grabadas a fuego en mi mente) olé olé y olé.
– Tus compañeros: ¡qué bien! ¡qué buena noticia! ¡enhorabuena! «joé qué envidia! en unos mesecitos…vacaciones pagadas! ya te esperaremos a la vuelta con un taco bien grande de cositas en tu sitio jaja» (esto último entrecomillado es textual también por parte de un compañero un par de años mayor que yo).
- Fase baja de maternidad
Esta parte es muy graciosa. Para empezar, cuando el médico te da la baja de maternidad antes de dar a luz, la gente lo primero que suelta es «qué suerte«. Qué suerte ¿por qué? dan ganas de preguntar…porque no puedo ni venir a trabajar de la barriga que tengo, porque voy a hacer pis cada media hora mientras tu no te levantas de tu sitio en toda la mañana, porque vengo a trabajar a penas sin haber descansado porque entre que me levanto al baño unas siete y ocho veces por la noche y que no encuentro la postura adecuada no pego ojo, porque me dan la baja para que baje el ritmo los días previos al parto, porque me espera un parto por delante, que en muchos casos acaba siendo una cesárea, o sea una OPERACIÓN QUIRÚRJICA, y a tí no, porque me espera un post parto en mi casa, con las hormonas dando vueltas, un bebé al que cuidar sin tener ni pajolera idea en caso de la primeriza que yo era, con una raja y unas grapitas incluídas… ¿por qué exactamente mencionabas lo de la suerte de mi baja?
Ya os digo que a mí me dijeron que me iba de «vacaciones pagadas». Definitivamente alma de cántaro…nuestro concepto de vacaciones es bien distinto.
- Fase de la vuelta de la baja de maternidad
La gente aquí sí que saca toda la rabia que llevaban dentro por las vacaciones pagadas que te has tirado…eso de que ellos hayan estado currando como locos y tú algo más de cinco meses sin aparecer por la oficina…eso lo tienen bien guardado dentro y lo sacan todo sin dosificador alguno.
«No es que tú vienes descansada» también tuve que oírlo como justificación para un asunto en el que me metían.
DESCANSADA??????? Estás seguro que es la palabra que querías usar???? Que vengo de nuevas, sí, que vengo desconectada también, pero que vengo DESCANSADA??? Tú no tienes ni idea bonito.
Y es que 100000 veces más cansado es el trabajo de madre y «maruja de casa», como lo llaman por ahí, que el de arquitecto, economista, abogado, ingeniero de puentes y cualquier otro cualificado entre los que incluyo el mío. Y mira que es cansado pasarse tooooooodo el día desde por la mañana hasta por la noche en la oficina, pues imagínate si cuando llegas a casa tienes un bebé trasnochador, que se despierta unas tres veces por la noche en esa época a comer, y tú con él claro, que en esta casa seguimos con la teta, y entre medias, pon algunas lavadoras, tiende otras, haz la cena y coloca la casa antes de irte a dormir. Y al día siguiente vuelves a trabajar, habiendo dormido un total de 4 horas y media pero no seguidas. Olé el descanso de una madre!!!!! No me planteo el caso de tener dos o más hijos porque mi cerebro no llega ni tan siquiera a imaginar tal caos.
- Fase «dejo el trabajo porque es imposible conciliar y me quiero dedicar a mi hijo»
– Versión 1: Sacrilegio!!!!!! Cómo haces esto? Te vas a aburrir! Al final todos necesitamos trabajar! Al principio muy bien pero luego te aburres, te lo digo yo. Además luego el niño va al cole y ya qué haces tú? Ya no te necesita tanto. «Yo es que soy más «viva» y no podría» (Esta última también textual de una MUJER y MADRE de mi oficina) Yo es que debo pertenecer entonces al mundo de los no vivos o algo así…pero te digo que SÍ puedo quedarme en mi casa con mi hijo, ya estuve en mi baja y no tuve ni el mínimo sentimiento de querer volver. Estaba feliz, pese al poco descanso, al cansancio extremo, a la falta de tiempo para mí, pese a todo…ESTABA ENCANTADA! Mi hijo me engancha y aunque el fin de semana no me da tiempo ni a lavarme el pelo casi, soy la más feliz del mundo estando 24 horas con él. ¿Que a veces acabas extasiada y con ganas de irte a las islas Fiji tú sóla? SÍ, y la que lo niegue miente. Pero es un sentimiento que dura el tiempo que tarda tu hijo en volver a sonreirte.
– Versión 2: Anda mira que bien! Ahora que vas a tener tiempo, podrías retomar lo de estudiar historia del arte! A ver a ver…no estamos hablando de lo mismo me parece…cuál tiempo?? Esto pasa porque la gente con hijos de los trabajos tan intensivos como el mío, no son los que se encargan de ellos, los niños se crían con las chicas internas que tienen contratadas, y entonces pasa lo que pasa, lo mismo que cuando le preguntaron a cierto presidente del gobierno que cuánto costaba un café y respondió una barbaridad. No hay que culparle, es el presidente, él no tomará cafés en bares, y si acaso lo hace, desde luego no los paga o no se fija en lo que cuestan. Pues esto es igual, si no te encargas de tu hijo, no podrás saber cuánto tiempo quita esa tarea y cuánto puedes invertir en otra. A sí que no les culpo, pobres…no lo dicen con maldad, es que no saben.
En fin…que no es tarea fácil. Todo lo contrario. Y que conste que no es mi intención desanimar a nadie que lo lea y esté trabajando, embarazada, o con planes de ello, este es mi caso personal y repito, la tónica general de lo que más me ha llamado la atención, pero por supuesto que me he encontrado con gente comprensiva y coherente.
La conclusión y la verdadera intención de este post es reivindicar el trabajo de una madre que «sólo» es madre. Ya es un trabajazo, el mayor de los trabajos, porque sí, luego todos los niños crecen y salen para adelante, pero unos mejor que otros…y muchas de las «taras» que vemos en adultos, son reflejos de carencias que sufrieron de niños. Así que a ver si no es cansado, difícil y sacrificado criar a un hijo para que sea un adulto feliz y completo!
¿Opináis como yo? ¿Cómo ha sido vuestra experiencia?
Besos!
Mamá G.