Buenos días a todos!!
En primer lugar, mis disculpas por no haber aparecido por aquí en algo más de una semana, pero hay una importante justificación.
¿Recordáis que aquí os contaba que necesitaba un cambio? Pues ese cambio llegó!
En la vida de una persona, a veces llega un momento que se convierte en punto de inflexión. Puede ser un hecho que nos acontezca, puede ser algo que veamos,… en mi caso han sido unas palabras de una persona cercana. «Así tampoco vas a ser feliz«.
Y es que muchas veces tendemos a «engañarnos» o «conformarnos», tratamos de creernos que nos va bien, que somos felices, porque por fuera eso parece. Yo tengo un buen trabajo, un buen sueldo, una familia a la que adoro, unos amigos estupendos, un marido que vale su peso en oro y al cual no puedo querer más y un hijo que es mi vida. ¿Qué más se puede pedir?
Pues aún así, algo no encajaba, pese a tener todas las notas, la melodía no sonaba bonito…y yo lo sabía, sabía por dónde desafinaba el tema…eran las horas, las horas del día que nunca eran bastantes, porque no podía emplearlas en mi hijo, tenía que robar horas al trabajo y al sueño para pasarlas con mi hijo…y eso no debe ser así.
Pese a saberlo, trataba de decirme a mí misma que tenía todo lo que a muchas personas les gustaría tener. Que había estudiado muchos años para estar en la cresta de la ola, y que en el fondo es ahí donde quería estar. Es lo que se llama engañarse a sí misma.
Por ello, por saber dónde estaba el problema, empecé a moverme, a intentar solucionarlo, a intentar encontrar una solución que me permitiera desarrollar mi carrera y mi profesión y criar a mi hijo. He estado meses buscando, entrevistándome con gente, trabajando duro,…hasta que un día esa persona me dijo la frase reveladora, la frase que hizo que en mi mente se oyera un «clic«: «así tampoco vas a ser feliz«.
¡Cuánta razón! No estaba encontrando nada que me convenciera. Sin perder mucho en sueldo, no encontraba un horario que me gustara, a lo mejor adelantaba una hora o dos la hora de salida, pero ello supondría llegar a mi casa tarde igualmente…
Así que tomé una decisión. Rápida pero meditada. La consulté con toda la familia, como se toman las decisiones en mi casa…todos me apoyaron, especialmente mi marido , que vive conmigo, que sabe lo que pasa por mi cabeza, y que sabe lo profundamente infeliz que me hacía el horario que tenía.
Sé que es la decisión correcta, porque cuando una decisión se toma sola significa que era lo que sentías pero que no te atrevías a decir en voz alta. Pues lo dije. Lo dije en voz alta, y todo el que me escuchó estuvo de acuerdo.
La vida es cuestión de prioridades. Está bien luchar por conseguir todo, yo he tratado de hacerlo. Pero el tiempo pasa, y mi hijo va cumpliendo meses y va creciendo, y entre tanta lucha que no parecía llegar a ningún lado, mi vida se iba pasando y yo me iba perdiendo el desarrollo de mi hijo, su día a día, sus despertares, sus siestas, sus horas de parque, sus meriendas, todo vamos.
Por lo tanto, ahora sí, soy feliz. No puedo quitar la sonrisa de mi cara. El tomar esta decisión ha sido como quitarme un peso de encima, algo que llevaba arrastrando y que no me dejaba avanzar.
Mi plan de vida desde el próximo martes es especialmente atractivo: ser mamá.
Muchas gracias por leerme, y por preguntarme y preocuparos durante este tiempo!
Un beso enorme!!!!!!!!
Mamá G.